La
pedagogía tiene el reto de entender la oportunidad educativa que supone
internet. No obstante, el reto no implica una tarea mecánica. Existen muchos
intentos bajo distintos nombres que dan cabida a este proceso (ciberpedagogía,
pedagogía online y otros genéricos) que, estricto
sensu, no representan una nueva
pedagogía, sino más bien el afianzamiento de visiones educativas, algunas ya
enunciadas o perfiladas, que empiezan a tomar fuerza en el entorno educativo
que describe internet. Por tanto, en el continuum que representa el desarrollo
de la pedagogía, internet es un estadio de desarrollo en el que utopías –y
distopías– educativas encuentran rasgos de verisimilitud.
Pero la reflexión pedagógica sobre internet es un
ejercicio que no solo busca dar respuestas, sino también plantear preguntas.
Muchos entienden internet como la respuesta adecuada a las inconsistencias
educativas –más en el ámbito de la educación formal–, pero plantear buenas y
adecuadas preguntas quizás sea el ejercicio menos común, aunque el más rico y
complejo, en este proceso de apropiación de la tecnología por la cultura
educativa. La pedagogía también tiene
esa vocación por buscar, gracias a las preguntas, la movilidad de las ideas y
la crítica para ir más allá de la moda o el automatismo con que a veces se
puede asumir internet en la educación.
Por ello, la necesidad de pensar en internet no solo como
la respuesta didáctica a la pregunta ¿con qué aprender?, sino ¿dónde está el
cambio educativo con internet? Ni los recursos, ni los flujos de
comunicación, ni el lenguaje, ni las dinámicas de interacción social en
internet son las mismas que los recursos, flujos, lenguaje y dinámicas del
aula. El cambio está en el modo de acción y pensamiento en red.
Internet
viene afianzando visiones y acciones que favorecen aprender –y también enseñar–
en un entorno y flujos de comunicación distintos a la organización escolar
clásica. Como aprender no es aséptico al
entorno donde sucede, algo debemos exigir a la reflexión educativa para ir más
allá de la sustitución de un recurso por otro. Lo radical del cambio es
comprender que aprender puede estar enmarañado en una nueva capa de acción y
representación en red.
Pues
bien, alojados en esta nueva capa tecnológica en red, otros procesos sociales
vienen experimentado una serie de replanteamientos de la interacción en los
procesos productivos y laborales, en el ejercicio de la democracia y la
ciudadanía, en las manifestaciones artísticas, en el gobierno, en los modelos
de consumo y producción cultural, en las alternativas de expresión afectiva, en
las formas de comunicación periodística, en las opciones recreativas y en otras
formas de participación social que, de forma general se puede reconocer, como
señala Castells, en una sociedad red. Por ello, ¿qué sucede cuando internet empieza a formar parte de la visión del
aprendizaje y de la educación? Esta es la pregunta que motiva las otras
preguntas que mueven este libro. Es así que, en vez de ir directamente a la
herramienta –el camino habitual–, en este libro se ha querido aprovechar
internet desde las preguntas. Con la actitud de dejar abierta la puerta a la
reflexión se ha convocado a investigadores de distintas especialidades para que
añadan su comprensión en torno al potencial educativo de aprender en red.
En
todos los capítulos las autoras y los autores –y damos gracias por ello–, antes
de pensar en proponer el uso de una u otra herramienta de internet, se han
preocupado de pensar qué hacer con las funciones sociales y culturales que
añade internet a la educación. En cada
capítulo se busca dar una respuesta a cada una de las ocho preguntas
pedagógicas que, como editores, hemos buscado atender; preguntas básicas de
cara a la construcción de un marco pedagógico en red.
Javier
Onrubia en el capítulo inicial, “¿Por qué aprender en red?”, busca presentar algunas reflexiones en
torno al sentido y las finalidades de la educación en la nueva ecología del
aprendizaje que se dibuja en la sociedad actual, una ecología del
aprendizaje en que las tecnologías digitales y las prácticas sociales de uso de
las mismas desempeñan un papel central. Una de las aportaciones importantes del
capítulo es el análisis de las finalidades educativas que debería cumplir la
educación en la nueva ecología del aprendizaje, como pueden ser las capacidades
y competencias propias.
En “¿Qué
aprender en la red?, Julio
Cabero y María
del Carmen Llorente, se plantean como objetivo presentar algunas
reflexiones sobre lo que se puede aprender en la red. El capítulo se organiza
en dos apartados. El primero se dedica a
revisar algunos de los rasgos que definen el sentido del conocimiento y a
caracterizar el significado del contenido en la sociedad-red. El segundo se
centra en el papel de los recursos educativos en abierto en un sentido amplio, desde
recursos específicos a cursos masivos en línea (MOOC). Se reflexiona también
sobre el nuevo papel del docente que debe seleccionar, socializar y organizador
las experiencias de aprendizaje.
En “¿Cómo
aprender en red?”, Begoña
Gros y Xavier
Mas presentan algunas reflexiones sobre la influencia de la red en el
aprendizaje. En el capítulo se sostiene que hay un paralelismo entre las ideas
y planteamientos pedagógicos anteriores a la aparición de la web –Anderson
(2010) lo denomina pre-net theories of learning–
y los que nacen bajo la plena influencia de la red –denominadas por este mismo
autor como net-aware theories of Learning–.
Las posibilidades que ofrecen las
tecnologías digitales acentúan y aceleran ideas pedagógicas que tienen su
fundamento en las teorías del aprendizaje anteriores a internet, dando lugar al
nacimiento de nuevas teorías y enfoques basados en la asunción de su carácter
ubicuo. En el capítulo se revisan las diferentes teorías y se concluye que
es necesario aplicar el diseño pedagógico para articular los contenidos
disciplinares, la teoría pedagógica, la experiencia basada en la práctica y el
uso de recursos tecnológicos.
Ismael Peña-López, en “¿Con qué aprender
en red?”, aborda el tipo de herramientas
para aprender en red partiendo de una premisa importante: “Para aprender en red
hay que estar en la red”. El autor propone no hacer una lista arbitraria de
herramientas de la educación 2.0. A cambio, plantea poner el foco en las
instituciones educativas y cómo dichas herramientas introducen cambios. De este
modo, el autor pone de relieve que la disrupción que las instituciones
educativas están sufriendo viene de la mano de determinadas estrategias y
herramientas. Se analizan diez elementos claves del sistema educativo y se
describen las principales herramientas que los modifican y transforman.
En “¿Con
quién aprender?”, Cristóbal
Suárez y Paola
Ricaurte abordan la naturaleza
social del aprendizaje y se analiza qué implica hablar de lo social cuando nos
encontramos aprendiendo en Internet. Para dar respuesta y entender la
importancia de lo social se indaga en la teoría sociocultural del aprendizaje.
Internet es visto como entorno social de aprendizaje más que como una
herramienta tecnológica. Aprovechar la dimensión social en el aprendizaje en
internet implica que las personas reconozcan su rol dentro de la estructura
reticular y sean capaces de enfocar el cambio educativo como cambio cultural.
Internet es el entorno educativo donde, además de la enseñanza, caben otras
formas de aprendizaje. Para mostrar ese potencial, en el capítulo se presentan
una serie de casos que ejemplifican la amplitud de perfiles y experiencias
existentes en la red.
En “¿Dónde
aprender en red?”, Francesc
Llorens retoma la idea del “aprendizaje en internet” y remite tanto al aprendizaje sobre la red como al aprendizaje en red.
En el primer sentido son pertinentes las aproximaciones relativas a las
plataformas de aprendizaje existentes. En el segundo se pretende resaltar el
carácter ecosistémico de la red. El
capítulo aborda el análisis de ambos territorios y analiza el alcance educativo
de los nuevos formatos y narrativas propias de la red.
Diego Levis plantea la transformación
del espacio y el tiempo en el contexto de la red en “¿Cuándo aprender en red?”.
Se presta especial atención a la
progresiva disolución del espacio/tiempo cerrado y limitado de la escuela,
rasgo propio de la sociedad industrial, como ámbito exclusivo y reservado para
la enseñanza y el aprendizaje. La movilidad e intemporalización electrónica
de gran parte de nuestras actividades públicas y personales dan lugar a la
emergencia de una forma de vida social a la que el autor caracteriza como
tecnomadismo, entendido como la persona que se comunica, se entretiene, trabaja
y estudia desde lugares cambiantes, en momentos variables, utilizando para ello
dispositivos digitales provistos de pantallas electrónicas, conectada a una red
telemática inalámbrica.
Y
finalmente, en “¿Cómo valorar lo que se aprende en la red?”, Elena
Barberà analiza cómo aprender en red no es solo un hecho o una invención
pasajera de la modernidad, sino una realidad. Puesto que el aprendizaje lleva
intrínseco el proceso de validación del saber, eso nos lleva a plantear la
valoración de lo aprendido y si, como en la época actual, se trata de una forma
diferente de aprender, ello nos propulsa a nuevas maneras de abordar las
estrategias valorativas. En este contexto, el capítulo analiza dos sentidos de la valoración de los aprendizajes en la red.
El primer tipo de valoración se puede considerar más formalizado en el sentido
de que mayoritariamente, hasta ahora, era el aprendizaje que se llevaba a cabo
en contextos formales el que precisaba de valoración, pero, sobre todo, de una
valoración normativa y formalizada. El segundo tipo de valoración, el relativo
al aprendizaje en la red, se considera más informal porque el tipo de fuentes y
mediadores resulta más alternativo, pero también debido a que no existen tantos
recursos de apoyo a este proceso de valoración.
Lo
ideal es que estas preguntas y sus respuestas generen otras tantas de distinto
calado, que permitan, entre otras cosas, buscar encuadres pedagógicos que
distingan que el objetivo es aprender, no usar internet, así como superar la tentación pedagógica de “trasladar”
las didácticas validadas en el aula a la dinámica de internet sin tener en
cuenta que diseñar el aprendizaje en internet es, literalmente, crear otra
acción educativa. La actividad pedagógica también es un requisito para usar
internet.
Presentación
extraída del libro:
Gros,
B y Suárez, C (Eds.) (2016). Pedagogía
Red. Una educación para tiempos de internet. Barcelona: Octaedro/ICE-UB
(pp. 7-11).
11 comentarios:
Aclaro: No he tenido la oportunidad de leer el libro completo. La reseña en el blog es sustanciosa, clara e invitadora. Me surge ahora la pregunta: ¿No hay un cierto olvido de la necesidad de explicitar una epistemología desde la cual se piensa y discute el fenómeno internet? Según avanza la discusión de la relación internet - pedagogía - educación me aparece la noción de "cultura digital" como una noción aun sin una epistemología explícita que permita introducir en la reflexión la relación red digital y red no virtual con la pedagogía, la cual desde una epistemología nueva o al menos renovada ´se puede pensar desde otros supuestos diferentes a los actuales, que obligan siempre a establecer la acotación: aprender en red no es poner en red la pedagogía típica de aula. En fin es una pregunta provisional, al modo como Boaventura Souza nos ha propuesto la epistemología del sur para entender una sociedad que se rompe.
M Bazdresch ITESO
Mucha gracias Miguel por el comentario, y perdona la demora.
La necesidad de pensar las cosas con la actitud y aptitud egiptológica es fundamental. Buena parte de lo que llamamos conocimiento en internet para por saber realmente qué es esto. Pocos se lo plantean y llaman a los datos o a la información de esa forma. Hay diferencia en lo que señalas “aprender en red no es poner en red la pedagogía típica de aula” y aprender en red es una opción que abre una práctica educativa distinta –no mejor- y exige la renovación de la pedagogía. De esto segundo va el libro. No obstante, la pedagogía ni es un invento de internet ni nada nuevo es un producto aislado, la pedagogía en red es una metáfora para detectar la emergencia de prácticas de educación mediada que retan el canon tradicional.
Un saludo,
Cristóbal
Antes de nada, muchas gracias por la reseña en el blog, ya que debido a su extensión y claridad, produce en los lectores ganas de leer el libro y seguir conociendo más acerca del binomio internet vs pedagogía.
Quizás mis conocimientos acerca del tema son expuestos y por ello considero relevante la lectura del libro completo para poder obtener un conocimiento más detallado sobre el tema, pero como estudiante de Pedagogía considero que es necesario llevar a la práctica la Pedagogía en la red.
Pero es cierto, que la Universidad nos aporta poco conocimiento- herramientas, para que nosotros los pedagogos del futuro la podamos llevar a cabo dichas prácticas y no las repetitivas metodologías tradicionales. Puesto que, llevar una nueva pedagogía en el aula no es darle dispositivos tecnológicos a los alumnos, sino que va mucho más allá.
Nuevamente gracias porque con tu libro espero suplir los déficit de conocimiento que nuestro sistema educativo nos aporta.
Yo creo que es el futuro.
http://vinodelariojabio.es/blog/
Estimado Cristóbal, me parece de una gran importancia el haber dado a conocer esta obra a través de este comentario tan esclarecedor. Especialmente relevante me parece lo referido a la necesidad de estar en permanente reflexión respecto del hacer pedagógico y, en este caso, respecto de los necesarios aportes que la Informática y el Internet pueden provocar en Educación.
Un abrazo desde Chile,
prof. Benedicto González Vargas
Excelente la reseña de este libro, despertó mi curiosidad y se me hizo bastante interesante la verdad, en la actualidad el seguir trabajando la pedagogía inclinandola un poco hacia este lado de los aportes que tienen las redes sociales y la Internet me parece que es algo bastante favorecedor, y es que no todo el mundo tiene el conocimiento o las herramientas necesarias para hacer frente a esta una problemática que puede agravarse si así se permite. En lo personal con todo este tema de la Internet, las redes sociales y en impacto que puede ocasionar me estoy apoyando con la gente de Hill Planet y me ha ido genial.
Bendiciones y Agradecida!!!
Excelente herramienta que aporta a la pedagogía conocimientos a cerca de la tecnología en la educación, para estar acorde a los nuevos tiempos
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"Pedagogía Red: Una educación para tiempos de internet" es un tema fascinante y relevante en el mundo educativo contemporáneo. Esta pedagogía se centra en aprovechar las tecnologías digitales y la conectividad de internet para transformar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
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