Nadie discute la expansión social de YouTube –fundado en febrero de 2005 y comprado por Google en octubre de 2006- que permite subir, ver y compartir videos digitales de manera sencilla a través de Internet. Según sus fuentes, los usuarios de YouTube suben cientos de miles de vídeos cada día con una frecuencia de 10 horas de vídeo cada minuto, mientras que más de la mitad de sus miembros (52%) está compuesta por personas en edades comprendidas entre los 18 y los 34 años… como se ve, por lo menos ahí y así, parece la comprobación del retorno al Homo Videns de Sartori.
Aunque no está exenta de millonarias demandas legales sobre los derechos de autor de ciertos contenidos y sobre la condición moral de algunos otros videos que han provocado escándalos y contenciosos, YouTube es actualmente el espacio web de más popularidad y donde muchos acudimos en busca de algún material para motivar, completar o ampliar nuestras clases. No obstante, como siempre, no todo es educativo, ni tiene que serlo. Esto ha motivado la emergencia de espacios tipo YouTube pero especializadas en acopiar y seleccionar videos educativos.
Como ejemplo ponemos dos. Uno de ellos es Politube de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) que en el marco de su Plan de Docencia en Red, ha creado un servicio web dirigido a profesores y estudiantes que permite subir a la red vídeos educativos de alta definición que pueden ser vistos por terceros. Por otro lado está también la iniciativa de la Comunidad de Andalucía que buscando seleccionar contenidos multimedia en su sistema educativo, junto con la empresa privada, ha creado Mediva que permite la visualización de contenidos publicados en formato video por los miembros de la comunidad educativa. En ambos casos, el origen y la administración de los videos permiten garantizar a los potenciales usuarios la correspondencia con un currículo, la validez y confiabilidad de los contenidos y su calidad ética.
?
No hay comentarios:
Publicar un comentario