Quiero compartir con ustedes un artículo de Inma Tubella, rectora de la Universitat Oberta de Catalunya, que elabora una interesante e inquietante reflexión sobre la actual función docente en torno a la Red. Lo que me queda añadir a la materia, publicada por El País bajo el título La universidad en tiempos de 'El nombre de la rosa', es que buena parte de aquel inmovilismo docente por en-Redarse destacado por la autora, puede deberse a la forma en que aún se sigue representando la Red en educación, esto es, como un material didáctico y no como un auténtico entorno educativo.
En el imaginario de muchos docentes, la Red sigue siendo parte del mobiliario de enseñanza, un material como un libro, un mapa o la TV, y no exactamente lo que representa hoy en día para sus millones de usuarios: un auténtico escenario de interacción social donde las personas, además de informarse, se comunican, hacen cosas, aprenden y extienden parte de su diaria dinámica. Al respecto sería bueno volver a revisar la noción de Tercer Entorno de Javier Echeverría y sus matices en educación.
Los estudiantes ya lo saben, lo viven y discurren en este otro entorno social. Por eso es el momento en que la universidad afine modelos de gestión pedagógica reticulares, representacionales, flexibles, remotos e interactivos para que la enseñanza vaya a par con las condiciones sociales en que se genera el aprendizaje para los nativos digitales. No obstante, el cambio debe darse desde adentro hacia afuera, como es el caso del proyecto Universidad Digital, y de la mano de nuevos pioneros tipo Guillermo de Baskerville… para seguir aludiendo a la obre de Eco.
Imagen (Javier Moreno, flickr)
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