La frase sirve como metáfora de los procesos de pensamiento y comunicación, y aunque es reduccionista, vale la pena tenerla en cuenta para reflexionar sobre los canales tecnológicos con los que, nativos e inmigrantes digitales, pensamos y comunicarnos hoy en día.
Añadiría que, en todo, habría que pensar rápido y hablar despacio. Esto último, como señalaba Alan Kay, implica educación en sentido ancho: “sin educación, internet y los ordenadores son muy peligrosos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario