17 de octubre de 2008

Internet y el rendimiento cognitivo, a propósito de la mediación instrumental

Aunque algunos lo suponían, y muchos se resistían a aceptar, existen pocos que lo han demostrado. Se trata de la confirmación que la actividad con Internet puede ser beneficiosa para la cognición.

En la edición online de BBC Mundo (14/10/08) aparece una nota bajo el título de “Internet es buena para el cerebro” que confirma que el “uso de internet ayuda a potenciar el rendimiento cerebral en las personas de mediana y avanzada edad”. Este estudio fue realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de California, Los Angeles, Estados Unidos y puso al descubierto que hacer búsquedas en Internet estimulan centros del cerebro que controlan la toma de decisiones y los razonamientos complejos. Según el jefe de la investigación, Gary Small, "la búsqueda en internet conlleva actividad compleja del cerebro, lo que puede ayudar a ejercitarlo y a mejorar su función".


No obstante, para la teoría sociocultural este estudio no deja de ser una prueba más de la influencia mediacional de los herramientas en la cognición. La aparición y el uso de las herramientas en la humanidad no sólo han facilitado el desarrollo de una serie de acciones que han contribuido a consolidar transformaciones de orden social, cultural, económico, comunicativo, educativo y afectivo, entre otras, sino que además han promovido el desarrollo de la cognición, específicamente lo que G. Salomón denomina marcos de pensamiento o componentes tácticos de la actividad mental. Como tal, las actuales TIC, cuyo arquetipo es Internet, no son entidades pasivas o neutras en la interacción persona-ordenador, añaden un componente simbólico a la acción puesto que con Internet, así como con otras tecnologías, siempre aprendemos a pensar con una forma de hacer; toda acción mediatizada por un componente instrumental, no propio de la mente, reconfigura la acción ampliando o transformando su perspectiva original.

Al respecto, en un artículo publicado el 2003, señalaba que: “La presencia de la actividad instrumental en la cognición es fundamental. No se trata pues de una comprensión accesoria de la participación de los instrumentos de mediación, sino que para la concepción sociocultural no existe desarrollo de los procesos mentales superiores sin la presencia de la actividad instrumental. Este eslabón no se encuentra en el individuo, sino fuera de él, en la cultura, que ha ido aquilatando durante generaciones formas colectivas históricamente determinadas y productos socialmente estructurados que toman forma de instrumentos, que nos construyen o nos conforman en condiciones de interacción con otros que nos la acercan. En ese sentido, nuestra mente no es una entelequia sumida en un vacío social ni un despliegue de un espíritu previo, es ante todo una entidad instrumentalizada (léase mediatizada) culturalmente y que se ajusta transformando activamente -de ahí las posibilidades de educabilidad- los insumos culturales dentro de una dinámica social. Como dice Bruner (1999, 12), 'la cultura forma parte de la mente que nos aporta la caja de herramientas a través de la cual construimos no sólo nuestros mundos sino nuestras propias concepciones de nosotros mismos y nuestros poderes'. Sin embargo, la instrumentalización de la mente no debe ser entendida sólo como una metáfora de comprensión, sino que debe ser concebida como la explicación de su desarrollo. Esto es, el proceso por el cual añadimos un componente de transformación o una nueva forma de organizar -regular- nuestra cognición, es posible en virtud de los instrumentos de mediación”.

La investigación reseñada confirma la hipótesis de trabajo de la teoría sociocultural del aprendizaje.

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